Pensamientos breves (o no) de un europeo

lunes, 11 de enero de 2010

La paz del Punto y Coma

Hoy he ido al mediodía a comprar un libro a la librería punto y coma, en la rue Stevin de Bruselas, junto al monstruoso Berlaymont. En la calle hacía frío; menos dos grados. Qué gusto entrar en la librería. Qué paz en su interior. Qué silencio. He ojeado varios libros que desearía leer, pero que sé que nunca leería si llegara a comprarlos. Tenía que comprar un regalo para una política que no conozco y he optado por un tomo grueso con las 1.000 mejores poesías de la lengua castellana. Es políticamente neutro y nadie hace ascos a la poesía (al menos en público). Me ha emocionado encontrar la reedición de ese viejo libro que un día de mi adolescencia encontré escondido en una estantería recóndita de mi casa. Fue como encontrar un cofre del tesoro, con sus esquinas de papel desconchadas por el uso, que encerraba en su interior joyas bellísimas de poesía española de todos los tiempos.

Por entonces yo todavía creía que podía leer cuanto caía a mis manos. Ahora ya se que no.

30 eurazos, ya le puede gustar.

1 comentario:

  1. Si no me equivoco es de Francisco Rico. Viendo el precio, entiendo su apellido.

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