Pensamientos breves (o no) de un europeo

viernes, 15 de enero de 2010

Diosas, tumbas y sabios

Ayer vi a la hermosa Lisi (nombre evidentemente falso para encubrir la identidad de mi Beatrice actual). Me la encontré por la calle, tan bella. Cruzamos dos trivialidades, me mintió sin estilo: "quería haberte respondido al correo, pero como he estado resfriada no he podido…" (?) y luego nos separamos.

Pensaba en ella desde antes de navidad. Sin obsesiones, pensaba en ella, vaya. Jugaba con la idea de que ella y yo...
Y al verla ahora me ha parecido vulgar, común. No del montón, pero sin más. Otra mujer bella. Nada más.
Las diosas no pueden ser vulgares. Prefiero la imagen idílica que he ido creando en su ausencia.
Por tanto, renuncio para siempre a su trato. Se acabó. En mi fantasía amatoria (que no sexual) no hay cabida para mujeres de carne y hueso.

A no ser que te encuentre de nuevo, Lisi, y me vuelvas a encandilar con esos ojazos.

4 comentarios:

  1. La belleza con que a veces nos hechizan esas Lisis puede ser engañosa. Podría parecernos un pasaporte hacia esa otra beldad, la de tipo divino, que algunas mujeres, pocas, selectas, atesoran, pero un día descubrimos que, ay, no es más que una fermosa carcasa. Una vez rascada nos topamos con que solo hay esa vulgaridad que comentas.

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  2. Hazme un favor. Ve a la zona de Configuración/Publicación y quita lo de Verificación de palabra. No sirve para nada y es molesto para tu(s) comentarista(s).

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