Pensamientos breves (o no) de un europeo

viernes, 22 de enero de 2010

Asociación de ideas: la señora Zizi y el gobierno de los ingenieros

Hoy he vuelto a ir al gimnasio, tributo que debo pagar periódicamente para sobrellevar con dignidad esta vida de oficinista.
He descubierto que me ocurre en el gimnasio una cosa rara: tengo asociaciones de ideas cuasi-clarividentes; como modestos ataques de hiperia, pongamos. Quizá es que el espectáculo de subseres hormonados musculándose me empuja a encierrarme en la introspección. O quizá es que me aburro.
El caso. La asociación de ideas de hoy surge de la foto de la portada de El País. Bajo el titular de una declaración demagógica de Zapatero (que nada tiene que ver con la cuestión), se ve en primerísimo plano la foto de doña Anna Zizi, una septuagenaria que ha sido rescatada con vida tras permanecer una semana atrapada bajo las ruinas de la catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Puerto Príncipe. La anciana, con el rostro sucio de los escombros que la retuvieron, cierra los ojos y abre la boca en un gesto desfallecido para beber un poco de agua, tras siete días de privación y sufrimiento. La imagen es sobrecogedora. El pie de foto titula el caso como "el rescate más milagroso". Al parecer la sacó de ahí un grupo de bomberos mejicanos conocidos como "los topos". Yo me imagino un grupo de mariachis bajitos pero corpulentos, con bigotones sudorosos y casco de bomberos mal puesto, la mar de simpáticos, diciéndole cosas bonitas a la abuela haitiana y sacando un petacón de tequila para celebrarlo. Qué majos.
Pensé luego en la imagen del bombero castellano-leonés que sonreía con absoluta felicidad tras sacar de los escombros a un niño de dos o tres años, frente a la mirada desencajada del padre de la criatura. Los bomberos leoneses tienen pinta de ser buenas personas. Sobrios, de una pieza y con el corazón como una plaza de toros. Luego recordé la dramática historia de otro grupo de bomberos voluntarios que, estando a punto de sacar a un superviviente que agonizaba bajo las paredes de su casa, tuvieron que abandonarle a su suerte ante la insistencia de los escoltas de la ONU, unos canadienses mariquitas, que estaban asustados porque algunos lugareños se habían puesto nerviosos y estaban pegando tiros por la zona y había que evacuar. Pues vaya mierda de escolta.
"Oiga, y la asociación de ideas, para cuándo?".
A eso iba.
Ya en gallumbos en el vestuario, me puse a pensar sobre los motivos que mueven a esos grupos de bomberos voluntarios de Méjico, León, etc y porqué nos emociona tan profundamente el rescate de una persona sepultada en vida. Quizá no estamos tan insensibilizados y todavía nos angustia de una manera insuperable el desvalimiento de esas gentes, el horror de ese tipo de muerte, lenta y oscura, atrapado entre polvo y escombros. Supongo que por ese motivo, por compasión (padecer con), esos bomberos van al otro lado del mundo a remover escombros sin descanso.
Y sin embargo eso no es inteligente, no es eficaz.
No, no lo es. Lo eficaz hubiera sido gestionar de la manera más productiva los escasos recursos con que se contaba en Haití, al menos durante los primeros días. Esos grupillos de siete u ocho bomberos que viene de distintas partes del globo, sin organización ninguna, quizá salvarían más vidas atendiendo a los heridos, reestableciendo el orden y distribuyendo ayuda bajo la batuta de una dirección única. Si midieramos con la frialdad de una máquina calculadora el número de personas beneficiadas por la acción heróica de los rescatadores y el número de personas que se hubieran podido beneficiar de una acción menos gloriosa, pero mejor gestionada, seguro que los resultados serían apabullantes. Quizá se salvan más vidas en los hospitales que revolviendo los escombros en busca de supervivientes. De hecho creo que los rescatados en acciones heróicas son decenas, pero la gente que muere en los hospitales improvisados de Haití se cuentan por centenares. Y más serán los que morirán de dengue y tifus en breve.
"Bien, ¿y la asociación de ideas?"
Sosegad, que ahora viene. Resulta que cuando pensaba en esto recordé que ayer me dijeron que el 99% de los jerarcas del gobierno chino son ingenieros. Quizá no sea el 99% exactamente, pero supongo que hay algo de verdad en la exageración. Y creo que por eso el país anda así de bien. Vale, matizo: a lo mejor no tienen mucha libertad para cagarse en Mao, pero el PIB de China ha crecido en este año de crisis un 8,7%. Ese país nos va a devorar.


Supongo que parte de ese éxito radica en que al gobierno chino no le tiembla el bigote cuando hay que ordenar evacuar una ciudad de dos millones de habitantes para hacer una presa. O cuando decide convertirse en la fábrica del mundo. Seguro que, de haber encargado la gestión de la trageia de Haití a un jerarca chino, los topos y el bombero castellanoleonés habrían acabado poniendo vendas en un hospital o restableciendo el suministro de agua y energía. Y posiblemente se hubieran salvado más vidas en total.
Quizás... Pero entonces la abuela doña Anna Zizi hubiera tenido una muerte horrible entre las ruinas de la catedral. Y algo nos dice que eso no podía ser.
Entonces he recordado ese cuento del jinete que va cabalgando a toda prisa para prevenir a una ciudad de un desastre que se avecina y de camino se encuentra a un chico ahogándose en un lago. El jinete se enfrenta a un dilema: si se detiene para salvar al chico, corre el riesgo de no avisar a tiempo a la ciudad y muchos perecerán; si continúa su camino, el chico morirá. ¿Qué hacer? ¿Qué harías tú?
Los ingenieros del gobierno chino no lo dudan: el jinete debe continuar su camino y salvar mayor número de vidas.
El bombero castellanoleonés, los topos y sus colegas tampoco dudan: el jinete debe detenerse y salvar a la señora Zizi. Y luego ya se verá, coño.
Qué paradoja. Aunque puedan morir más, siento que esos bomberos hacen más bien a la Humanidad que la eficacia probada del gobierno chino.


Anna Zizi, víctima del terremoto que sacudió Haití, bebe agua el martes 19 de enero de 2010, en Puerto Príncipe. Imagen ofrecida por ACT Alliance. (Foto AP/ACT Alliance, Paul Jeffrey)Height (pixels): 394Width (pixels): 512Series ID: 13124f18-ba66-4567-abb8-5352018e1c7bPhoto ID: 13124f18-ba66-4567-abb8-5352018e1c7bAsset Type: PHOTOPrevious Photo ID:

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